CONDUCETE COMO LOS MUERTOS

Un sabio le pidió a uno de sus discípulos lo siguiente:
"Quiero que vayas esta noche, te pares frente al Cementerio y le grites a los que ahí yacen toda clase de insultos e injurias"
Esa misma noche el joven se paró frente a la puerta de la Necropolis e hizo lo que su Maestro le indico; grito toda clase de groserías, injurias, hacia los difuntos.
Al día siguiente el Filosofo le pregunto al joven:
"¿Qué paso ayer en el cementerio?"
a lo que el alumno respondió:
"Nada, me canse de gritar toda clase de malas palabras y de majaderías... Hasta que quede exhausto deje el campo santo"
-¿Recibiste alguna respuesta?-
-No Maestro, ninguna...-
-¡Bien! ahora te voy a pedir que esta misma noche regreses al Cementerio y ahí grites toda clase de elogios y de palabras dulces, así como alabanzas a los muertos-
-Claro que si Maestro-
El joven regresó al Cementerio esa misma noche y se puso a gritar hasta cansarse toda clase de elogios, buenas palabras y bendiciones a las difuntos, se canso y fue a casa a dormir.
Al día siguiente al encontrar al Maestro en la Plaza Pública, le contó lo ocurrido la noche anterior. y no pudo evitar preguntarle al sabio cual era el objetivo de esta actividad a lo que este le respondió:
-En la vida debemos conducirnos de manera equilibrada ante lo que escuchamos de los demás; a veces nos guiamos mucho por los insultos y las malas vibras y esto repercute en nuestra autoestima, pero también es malo creer demasiado en los elogios que nos hacen; hay quienes nos elogian para acrecentar nuestro Ego y obtener favores nuestros; en ocasiones estos aduladores nos voltearan bandera y así como un día nos elogiaron otro día nos insultaran y viceversa, quienes nos criticaron un día, al siguiente nos elogiaran; por eso si quieres llegar a sabio debes de conducirte por la vida como los muertos; haciendo oídos sordos y no respondiendo a los insultos y de los elogios procura no tomarlos muy a pecho-