4/01/2012

YA ES MEXICANO...



Gracias a los medios electrónicos y otro tanto a los medios impresos –incluso una organización editorial regaló posters en sus ediciones muy bien elaborados y en material resistente como el cartón rígido- México se volcó a recibir al Papa Benedicto XVI –Josef Ratzinger- y para no variar las improvisaciones de Ratzinger son igual de profundas en su filosofía como la de su antecesor de origen polaco; en las afueras de la provicional Nunciatura –Colegio de Miraflores- en León Guanajuato emuló esa frase llena de filosofía de su antecesor “YA ME SIENTO MEXICANO”.
Viajando en el Pasado, en 1999 en aquella celebración masiva en el Coloso de Santa Úrsula, Juan Pablo II dijo “HOY ME SIENTO MEXICANO”, arrancando con eso las lagrimas y emociones de los ahí presentes y no menos de aquellos que estaban frente a la pantalla de su televisor; al siguiente día –o quizá dos días después- apareció el encabezado de un periódico de circulación nacional que si mal no recuerdo decía: “YA ES MEXICANO; LLEGÓ MEDIA HORA TARDE”.
Parece que en México se ha vuelto costumbre que la gente al invitar a otros a un acto social, académico, cultural tenga que imprimir las invitaciones o citar a la gente media hora o una hora antes para así asegurarse de que la gente va a llegar temprano; alguna vez me lo comentaba furioso un entrañable amigo de origen austriaco que se sentía incomodo al llegar “puntual” – arribaba a la hora señalada en el boleto del espectáculo o de la invitación- y lo tomaba como una ofensa; es doloroso que uno mas de los estigmas de mala imagen pública que cargamos los mexicanos es el de ser “impuntuales” y que esto afecta nuestra Imagen Profesional; ¿Pretextos para llegar tarde? El tráfico, no desayune, llegue tarde y los hay tan absurdos y tontos como “me subí a un pesero con un billete de a 500.00 y ningún chofer me quiso hacer parada”.
En el caso del Distrito Federal y su área conurbada es cierto, el tráfico es espantoso, y lo mismo el transporte público, sin embargo estoy seguro que si alguien ofreciera dar un bono de cien pesos a los trabajadores y alumnos que llegan temprano, la puntualidad se volvería una virtud en los mexicanos; a un joven estudiante cuyo mal habito de llegar tarde es una característica personal se le pregunto que asi como llega tarde a la Universidad a clases lo hace en citas de trabajo, cínicamente contesto, “Cuando se trata de trabajo ahí si llegó puntual”; lo mas triste es que el joven en cuestión estudia comunicación y la impuntualidad es un mensaje de carácter no verbal que claramente dice “no me importa tu tiempo, ni lo que quieras decirme o hacer conjuntamente conmigo”.
Llegar tarde también implica falta de tenacidad en las personas, falta de compromiso no sólo con segundos y terceros sino consigo mismos; pero como siempre los mexicanos somos como el Dr Jekil y Mr Hyde; en cuanto cruzamos la frontera cambiamos completamente y fuera del territorio nacional somos ordenados, cumplidos cuando siempre lo he dicho ¿Y no se puede ser así en México?

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