11/16/2009

¿DAVID CROCKET? o ¿PANCHO LÓPEZ?


Hoy en la mañana apareció en “Excélsior” en su sección “Global” un articulo curioso y que tiene que ver con otro que antes había publicado Guadalupe Loaeza en un libro que repartía como Candidata a diputada federal por el PRD en la Delegación Miguel Hidalgo. En el diario capitalino la temática se centra en las protestas que hacen los mexicanos en EE UU porque se les cambie el nombre propio por versiones en inglés del mismo; así es que en lugar de Juan, José, Pablo o Marcos, los mexicanos se molestan si son llamados Johnny, Joe, Paul o Mark respectivamente; igualmente a su derecho de hablar español.

Si la emigración al vecino país es ya un hecho axiomático, hay que asimilarlo como tal y entrar a la onda, y si usted es padre de familia o tiene pensado serlo, hágase a la idea que sus hijos por medio del bombardeo televisivo, la influencia de parientes que ya viven allá, la carencia de empleo y muchas otras condicionantes, ellos tarde o temprano se marcharan del pais con rumbo a su “American Dream” así que le recomendamos lo siguiente:

1. Regístrelos con un nombre anglosajón, así su hijo será Johnny López; Joe Martínez, etc y no se molestara por que sus patrones lo llamen así; imagínese los lunáticos que les ponen nombres impronunciables a sus hijos como: Moctezuma, Cuauhtémoc, Xóchitl, Nichte- Ha; están out y no saben el daño que le causan a sus hijos. Ojo jamás lo registre como Jesús pues en la costumbre calvinista es indigno llevar el nombre del Salvador y es una blasfemia
2. Hable con ellos en el idioma inglés, no les hable en español y si comienzan a revolver los dos idiomas dígales que no quiere pochos en su casa, aunque le cueste un ojo de la cara, inscríbalos en el “Colegio Americano”.
3. Suscríbase a un sistema de cable y deje que vean solo Tele en inglés.
4. Compre banderas de EE UU, adorne su casa con motivos nacionales de EE UUy todas las mañanas póngalos a cantar “The Star splanged banner flag”, saludando a la bandera conla mano sobre el corazón, así se ve mas "in"
5. Fomente en ellos celebraciones gringas como “El día del Guajolote
6. Deje de consumir comida corriente y naca como los tacos, las tortas y demás antojitos mexicanos, y permita que sus hijos consuman hot dogs, hamburguesas, así mismo su desayuno estilo gringo.
7. Practiquen muy bien las preguntas de rutina que suelen hacer las autoridades de migración, acostúmbrelo a no ponerse nervioso.
8. Así mismo ensayen tratando de pasar la puerta de la embajada de EE UU, si los policías se van con la finta, ¡Felicidades!
9. Mande a sus hijos a tomar cursos de alpinismo y natación, serán de utilidad.
Con lo anterior será más fácil que sus hijos se la lleven tranquila allá, esperemos que cuando ellos sean mayoría en el vecino país, no asuman posturas racistas en contra de sus vecinos mexicanos, pues quizá a ellos se les olvide su ascendencia.
Recuerdo a una persona que alguna vez me dijo:

“A un pueblo, quítale su nombre, sus tradiciones, su comida, su religión y es fácil someterlo”.
Y recordemos que en Imagen lo importante es el auto concepto, el como se ve internamente una persona o un colectivo es lo que va a proyectar.
Para finalizar la reflexión me gustaría transcribir lo que Guadalupe Loaeza nos narra en su libro “Voto, luego existo”:

RAZA DE BRONCE.
Ante el precipitado ir y venir, en la Ciudad de México, donde la Raza de Bronce, es la sobresaliente, se pueden apreciar en fugaces momentos el re encuentro de modernas pirámides, inspiradas en ancestrales, que ya no son vistas por los descendientes de las desparecidas castas. Independencia, revolución, han ido formando su propia raza, ya no son indígenas, no son europeos, ahora se tiene identidad. Un águila, devorando una serpiente, sobre un nopal, en un lago extinto es su escudo nacional.
Cultura, creencia, deporte, forma de vida, ha variado desde la conquista de Tenochtitlán. A los diferentes dialectos, se impuso el castellano. Los sacerdotes católicos pregonaban dogmas de fe, para adorar a un solo Dios; diosas y dioses aztecas debían desaparecer. Conquistadores y conquistados dieron origen a la raza de bronce. La sangre de capitanes españoles victoriosos ante la expulsión de los judíos y la capitulación del poder musulmán en la Península Ibérica, que duro casi ochocientos años, vinieron a la Nueva España con el valor de triunfadores.
Moros, aztecas, Ibéricos se fueron fusionando, dentro de la Nueva España. Se fue originando raza nueva, que lo mismo usa nombres sajones como Mike, Peter, Gregory o judeo cristianos, David, Josué, Abraham, combinados con apellidos latinos González –hijo de Gonzalo-, Martínez –hijo de Martín-, curiosamente es difícil en los descendientes de la conquista a la Nueva España encontrar nombres como Tonatiuh, Tláloc o en versión femenina Xóchitl Quetzal.
Posiblemente ante la idea de poder pasar la frontera norte para convertirse en chicano, no sea conveniente usar nombres impronunciables para los que son de habla spanglish, como el conocido Speddy González.

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