12/22/2006

UN NIÑO DE 64


¿Qué puedo decir de Eduardo Luis Feher? ¿Qué puedo escribir más acerca de él? Simplemente que es un hombre congruente con sus convicciones y con sus valores. Su vasta obra bibliográfica que me atrevo a afirmar abarca todos o casi todos los géneros literarios, ha servido para acuñar frases, aforismos y sabiduría popular, una de las que mas recuerdo y recordaré toda mi vida es la siguiente: “Alabanza en Boca propia es vituperio”, y vaya que esta frase define a Feher, pues gran parte de lo que he conocido acerca de él, no ha sido por la convivencia directa, sino por la gente que lo rodea, y puedo dar infinidad de ejemplos o mas bien de personas que lo han conocido; Judith López (Amiga de la Familia de muchos años, una entrañable arquitecto, madre de una hija y que conoció a Feher en la Prepa, una vez me fue a buscar a Radio UNAM terminando el programa y se quedo con el ojo cuadrado al verme junto a él; de ahí me contó su historia…), Gonzalo Loranca (Que fue su alumno y conserva como un tesoro valioso, gran parte de las primeras obras del Mtro Feher), y así un largo etcétera de personas que son los que me han contado historias, mismas que se vuelven leyendas y terminan siendo mitos, pero que van formando una percepción de la persona, misma que sostenida en el tiempo se convierte en reputación, que es la fama que tiene una persona… Con lo anterior quiero decir que él nunca, salvo pocas ocasiones me ha dicho algo sobre si mismo, son los demás que coinciden en sus historias los que las cuentan, no es él.

Algo sorprendente es que a lugar público donde se encuentre, no falta quien se acerque a saludarlo, o más bien él no para de saludar a la gente que le reconoce.

Sin embargo de las muchas habilidades, facetas que tiene el Mtro. Feher, hoy quiero hablar de una desde mi perspectiva profesional; y es la de dramatizar la realidad, pero en este caso es:

“Un dramatizador de la realidad, es por si mismo una dramatización de la realidad”

Todos sin excepción, desde el mas sencillo bolero, hasta el director de una empresa, hasta llegar a un jefe de Estado, todos, tenemos una historia digna que contar, en algunos casos estas historias son vendibles, o simplemente sirven como un medio de conocer a una persona física o moral. Simple y sencillamente, la historia debe de comenzar con una trama, un nudo o problema a resolver y finalmente una recompensa, todas las historias, que hemos oído en nuestra vida eso son, y siempre se cuenta la misma historia de diversas formas, el contar historias es un recurso que llega a nuestra inteligencia emocional, y recordemos que “La mente responde a emociones”.


Feher nos ha contado historias como “La Sombra de Hamán” y tantas y tantas, pero repito el mismo es una dramatización de la realidad encarnada y para muestra lo siguiente:

El pasado 26 de Noviembre, un grupo selecto de personas fuimos testigos de un homenaje que se le ridió por sus 40 años como docente y 50 de vida intelectual, en el Centro Cultural México- Israel A.C. en el Centro Histórico de la Ciudad de México, lugar en el que nos dimos cita los que de una u otra manera nos hemos relacionado con el homenajeado. Hubo muchos aspectos que se pueden comentar en materia de Imagen, y vaya que los hay, pero quiero avocarme a la participación de la Lic. Silvia Cherem, en cuanto a como nos dramatizó la realidad, y que termino por confirmar situaciones que yo previamente había oído de Eduardo Luis, en boca de terceros.

Silvia Cherem, nos narra la historia de un niño inquieto, con facciones finas y atractivo físicamente, que estudia en una escuela de Gobierno y su inquietud es tanta por escribir, que decide abrir un Periódico y su inocencia infantil que muchas veces hace no tener miedo al fracaso o a la frustración (que todos al ser niños tenemos y no deberíamos de perder), lo hace llegar al despacho del entonces Presidente de la República, y con toda la inocencia le presenta el proyecto, inmediatamente el periódico tiene su primera exclusiva; el protagonista de la historia sale junto al presidente en el balcón presidencial, estrenando su corbata que con sacrificio compro para la ocasión… Una historia tierna, que incluso nos mueve el tapete, y nos pone a reflexionar; ¿Quién mato en mi, el seguir siendo niño? ¿Mis padres? ¿Mis maestros? ¿Quién? De ese pequeño Niño, al actual Mtro Feher, no hay diferencia, Feher es un niño, un niño que me ha enseñado a no tener miedo, que me ha enseñado a tocar puertas, y si esas puertas están cerradas o no abren ya habrá quien abra, a solucionar problemas de la mejor manera y a buscar soluciones, en ese aspecto siento que es mas cristiano que los propios cristianos pues ya lo dijo Chuchito “Sed como niños, pues de ellos es el Reino de Dios”, y el inculcar ese sentido del ser niño, lo ha hecho en gente como sus alumnos, que me consta, son gente con sueños, con ambiciones y que no tienen miedo a triunfar.

Sea pues este un breve pero merecido homenaje a un hombre que cumpleaños este 26 de Diciembre, Eduardo Luis Feher, hombre amado y de gran calidad humana.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Nos encontramos, por primera vez, en 1968, cuando Eduardo Feher era director del Centro Deportivo Israelita, y yo, turista casi perdido.

Aunque no nos hemos comunicado durante estos 40 años, siempre me recuerdo de su hospitalidad, asi como su gran calidad humana.

Robert

Victoria Luz Glez Pacheco dijo...

Fui una afortunada y orgullosa alumna del maestro Feher en la Facultad de Derecho y me senti una niña cuando intui que estaba ante un gran personaje, excelente maestro y un ser excepcional. en efecto su calidad humana y sencillez lo hacen ser lo que es. LARGA VIDA Y SALUD AL MAESTRO. Victoria Luz Gonzàlez Pacheco

kokoro no tsuki dijo...

Simplemente un honor grandísimo me resulta el haber sido alumna de un ser tan Magnifico, son pocas las palabras para manifestar mi dicha. Es una persona admirable por donde lo mires: noble, inteligente,culto... y me siento tan afortunada de haberlo visto en persona, de escuchar su voz, su sabiduria y haber estado en presencia de este gran Señor, la vida me dio un regalo tan precioso

Anónimo dijo...

El Doctor Feher es la mas clara muestra de que nadie es profeta en su tierra...