1/15/2011

JAMES R. FORTSON.UN MEXICANO VALIENTE


James R. Fortson, es un periodista mexicano que marcó un parte aguas en el desarrollo del periodismo nacional; editor de siete revistas, escritor de siete libros, conductor de varias series de televisión, así como un experto en el dominio del genero de la entrevista, ha sido galardonado con varios premios nacionales. Dentro de su producción editorial contó con destacadas plumas como Monsivais y Rius, atreviéndose a mucho y adelantándose a su época.
En 1994, James Fortson “desapareció” de la TV Mexicana; nunca hubo una explicación acerca del porque salió del aire su programa de entrevistas y progresiva y lentamente James R Fortson dejo de tener presencia en los medios, tanto impresos como electrónicos.
Jimmy Fortson ha dado su versión de los hechos y ha luchado por seguir adelante; dando conferencias, entrevistas, compartiendo con las nuevas generaciones sus conocimientos y experiencias como entrevistador, sin embargo Fortson ha tenido que enfrentar problemas económicos y otros vicisitudes. A continuación se presenta la versión que James da de los hechos en torno a su “desaparición” de los Medios.


Chobojos todos: va esta nota de realidad, con una rigurosa mezcla de seriedad y una que otra opinión de este Master (choboja, como debe ser).

Un buen día James R. Fortson, Jimmy, desapareció del panorama; como si se hubiera vuelto invisible o hubiera muerto. Muchos televidentes que seguían su trabajo en el canal once de la televisión mexicana, dejaron de verlo. Así nomás. No se le pudo leer más, tampoco; no volvió a dirigir revista alguna, ni produjo columna en los periódicos, ni su voz se escuchó en los medios radiofónicos.

James R. Fortson dirigió Caballero, la primera revista masculina que se produjo en México. En las publicaciones impresas intentó un concepto para la pareja con Dos: El y Ella, incluyendo el erotismo como parte fundamental de sus contenidos. Vale la pena mencionar que hasta la fecha no ha surgido en nuestro país una publicación con ese enfoque; cuando más, se han atrevido a considerar la vida en pareja desde un punto de vista ligerito, como si en ella sólo existiera la preocupación por la salud el ejercicio, los paseos y el trato de algodón para los hijos. Finalmente Dos: El y Ella, devino en Él, revista que integró desnudos de modelos mexicanas y en la que participaron, igualmente, gente del periodismo y las letras nacionales. En uno de sus números Fortson incluiría un pequeño librito: Perspectivas Mexicanas desde París, un diálogo con Carlos Fuentes, la primera entrevista a fondo hecha al famoso escritor mexicano, en aquel entonces excesivamente rejego para contestar las preguntas de cualquier periodista. En el mundo de los impresos, James R. Fortson publica después Eros, que lejos de tener imágenes procaces, brindaba a los lectores contenidos finos e inteligentes.

Resulta, chobojos, que sin aflojar el paso, Jimmy, siempre pujante, continúa produciendo y logra acumular en su haber, cinco veces, el Premio nacional de periodismo, escribe varios libros, traduce también el bestseller de Irving Wallace La Palabra.
"En 1969 dio principio a sus actividades como periodista de televisión (canales 8, 11,13, TRM, RTC y Televisión Mexiquense), creando, produciendo y conduciendo nueve series durante diecisiete años, destacando Cara a Cara; La Pareja Humana y Tribuna de la Opinión Pública."
-Oye, Master, todo está de maravilla.
-Espérate tantito, Tobías, que aquí es donde empieza lo bueno. Porque estando consolidado como una figura destacada dentro del medio, de repente, Jimmy desapareció.
-¿Se esfumó, Master?
-Más bien parece que lo esfumaron.
-No me digas que lo mataron.
-Pues de alguna forma sí, mi buen Tobi. Una forma de asesinar a un periodista es privarlo de todas las posibilidades para expresarse, negarle los accesos a los recursos y medios, dejarlo chiflando en la loma…
-Pero, entonces, ¿qué pasó?
-Dejemos que él, James R. Fortson, nos cuente algo. Me ha hecho llegar una carta, la segunda, que ha enviado a la Revista Proceso, donde se entrevé la trama de una historia que parece turbia, fangosa, ¡vaya! por lo menos muy extraña, rara, inusual, mafufa…
Por la palabra y las ideas sin fronteras: Chobojo Master
REVISTA "PROCESO"... Palabra de Lector...al fax número: 56-36-20-55

SEGUNDA CARTA A PROCESO
Señor Director:


Una vez más recurro a Proceso rogando la publicación de esta carta que denuncia una muy grave violación periodística y, esencialmente, ética, social y judicial.

Víctima –una vez más, luego de las revistas "Caballero", "Él" y "Eros"- de la censura oficial, he interpuesto ante
la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, con fecha 24 de abril de 2007, una denuncia por daño moral, económico, social y una gran diversidad de graves violaciones colaterales en contra de la Secretaría de Educación Pública, del Instituto Politécnico Nacional, del Canal Once de Televisión y de la ciudadana Alejandra Lajous Vargas.

En 1992, justo después de haber recibido un Premio Nacional de Periodismo, específicamente por mi labor en Canal Once, Alejandra Lajous Vargas, su entonces directora, me despidió, sin más, de un trabajo de diecisiete años de antigüedad. Motivo: Mi edad (52 años). En cuanto a las verdaderas causas del hecho; es decir, un presunto cargo o acusación que jamás ha llegado a mí, hasta el día de hoy. Fue una insultante, cobarde y sórdida falacia, sumada luego a una campaña de difamación lo que me administró la muerte civil y la demolición de la fama pública. Yo creo que fue una conspiración fraguada por un miembro de mi equipo de trabajo, mancomunadamente con los Directores de Producción y Finanzas de la propia Institución. ¡Un asesinato virtual que provocó en mi vida profesional, económica y social una quiebra y un desprestigio total! La consecuencia grave, en la realidad real, fue que yo quedé fuera de todo proyecto o cargo remunerado que involucrara mis conocimientos y la amplia experiencia adquirida en un oficio ejercido durante más de treinta y cinco años... durante los cuales fui privilegiado –siempre por mis pares: los periodistas y los editores- con cinco Premios Nacionales y diversos reconocimientos gremiales.

Reconozco mi deber ético el de denunciar que sufrí amenazas a mi vida física, expresadas frente a mí y a varios testigos presenciales, por el periodista Agustín Granados, a la sazón a cargo de la fuente de policía del noticiero 24 Horas, quien dijo haber recibido de mi principal ex colaborador la petición personal, expresa y concreta de mandarme matar... Los actores –sin excepción- se reconocerán a sí mismos frente al espejo de su propia conciencia, al tiempo que sufrirán, en su conciencia, la persecución del remordimiento y la vergüenza vitalicias...No menciono sus nombres, por sutileza y porque todos aquellos quienes deben conocerlos... ¡lo saben de sobra, habiendo sido los victimarios!

A Lajous le reprocho públicamente su falta de responsabilidad al no haber investigado los hechos, tomando cualquier palabra como veraz, aun a sabiendas de que buena parte de su propio personal estaba involucrado hasta el mero fondo del barranco, sin consignar a nadie ni tomar acción alguna contra uno solo de los incontables presuntos cómplices internos; sus subalternos. También su falta de honor, integridad y valor civil al no decirme, cara a cara, en un lenguaje claro y certero, lo que ella se creyó que había sucedido...sin atreverse a hablarme de frente... como era una responsabilidad esencial y connatural a su cargo público y su representación oficial. Fue, de suyo, un abuso de autoridad.

Entre tanto, ¡yo me declaro, frente al público que durante tanto tiempo me siguió, creyendo en mí, inocente...de aún no sé qué delito!

Víctima de las circunstancias, reclamo una satisfacción pública, la restauración de mi dignidad humana, mi honor y mi buena fama, así como la reparación, conforme a la CNDH, de los daños causados.

CC: CNDH (Expediente: 2007/1282/5/OD) a 16 de diciembre de 2007
Allá por 1990, Arturo Guzmán Romano –a la sazón mi socio en lo privado y principal colaborador en todo- pactó a mis espaldas la realización de varios programas culturales en contubernio con el señor Sergio Gómez, director de producción del canal Once de televisión, contando con la complicidad del director de finanzas de la institución. Dichos programas (intitulados “Visita y Opinión”) se manejaron “al margen” de la televisora, aunque tuvieron que ser grabados y emitidos al aire con el concurso de un numeroso equipo de trabajadores de la estación, quienes recibirían un dinero extra por semejante labor. De hecho, los ingresos percibidos por tales trabajos se repartió principalmente entre Guzmán Gómez y el otro funcionario aludido.
Con gran inocencia al creer que la dirección general del canal estaba al tanto de lo que ocurría, yo acepté –como única participación- fungir como presentador ante las cámaras.

Tiempo después y a raíz de una demanda que entablé contra Guzmán por un fraude ajeno al citado, el demandado, en su ira contra mí, decidió presentarse ante Alejandra Lajous, en su calidad de directora general de la institución, a efecto de acusarme a mí como autor intelectual e instigador del indebido hecho, contrario a los intereses de Canal Once…mismo que el propio Guzmán orquestó desde un principio, sin siquiera informármelo.
Esto se llama: alta traición. Lo más grave es que Lajous no investigó los hechos reales ni las complicidades en el caso, limitándose a atribuirme a mí la sola responsabilidad y anunciando que mi labor de 17 años en el Canal Once había concluido. La razón expuesta: Mi edad (52 años).Y a mayor abundamiento, la señora inició una cruel y feroz campaña para desprestigiarme en mis propios círculos profesionales y sociales. Más aun, Lajous ordenó que se desapareciera de la estación todo vestigio de mi existencia. Desde luego, están los periódicos que publicaron los promocionales de mis programas y más de una persona que aún los recuerda.

En mi carta a Proceso se habla de un tal Granados, quien me dijo escuetamente: “Arturo Guzmán me ha pedido que te mande matar”.

En resumen: “pagan justos por pecadores”. Desde estas líneas acuso a René Arturo Guzmán Romano de haber sido él mismo el instigador del delito contra Canal Once… a pesar de haberme a mí transferido una falsa culpa, por la que he estado pagando el resto de mi vida. Él fue mi victimario consciente y perversamente intencionado.

James R. Fortson

2 comentarios:

Jorge Cossìo dijo...

Recuerdo bien a Jimmy Fortson, que con una muy ámplia cultura general y un uso preciso del idioma comentaba de diversos tópicos, a mediados de los 70´s el canal politécnico contó con una plantilla verdaderamente envidiable: El buen Jimmy, Guillermo Mendizabal, Tomás Mojarro, Luis Carbajo (con la inolbidable Jennifer)y Cristina Pacheco (que aun sigue). Hoy en día el once se ha reinventado y ahí la lleva, pero se extraña a comunicadores como Jimmy.

Moises Legaria dijo...

Formé parte del equipo de trabajo de JR Fortson y Arturo Guzmán.A su salida de canal 11Jr Fortson estuvo en condiciiones de continuar su exitosa trayectoria profesional, pero los desencuentros co Arturo Guzmán dieron al traste con el trabajo de mucho tiempo. Moisés Legaria González