MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA

NOTA BENE: El siguiente texto esta tomado del libro de txto gratuito correspondiente a Segundo año de Primaria y editado en el sexenio de José López Portillo, notese como ha cambiado el discurso y sobre todo el sintagma en los textos oficiales, texto ad hoc en el día de hoy.

-¿Por qué habla así, don Nicasio?- le pregunté al señor de la huerta. Porque don Nicasio no habla como nosotros. Habla alto y con ce. También con ese, pero mucho más fuerte que nosotros.
-Porque soy español –me dijo- y en España hablamos así.
-No, porque yo salí de España ya mozo. Tenía más de veinte años. Y no he podido dejar de hablar como se habla allá.

Don Nicasio me dio los rabanitos y la lechuga que había ido a comprar. También me dio el cambio. Y me fui despacito a casa, piensa y piensa.

Y cuando le entregué todo a mi mamá, entre de prisa a pedirle a mi hermano Fernando su libro. Lo abrí en donde habla de don Miguel Hidalgo y Costilla. Leí que los hombres necesitan ser libres. Qué antes los mexicanos no lo eran porque dependían de España. Que don Miguel Hidalgo fue quien primero reunió a otros mexicanos y les habló de la libertad. Con todos ellos y con los amigos de sus amigos, formó un pequeño ejército. Era un ejército muy pobre porque no tenía armas. Peleaban con garrotes, palos, piedras y hondas. Y cuando más tarde Hidalgo fue hecho prisionero y fusilado, otros siguieron luchando. Todo por hacernos independientes de España.

-¿Y don Nicasio? –pensaba yo- ¿y don Nicasio?
Me fui a la cocina. Mi mamá estaba guisando.
-¿Y don Nicasio?- Le pregunté
-¿Qué quieres decir con eso?- me dijo sorprendida
-¿No que Hidalgo empezó la guerra para echar fuera a los españoles?
Mi mamá rio con ganas. Con muchas ganas.
Luego me explico:
-Mira, hijo, Hidalgo peleó por hacernos libres.
Siguieron peleando Allende, Morelos, Guerrero.
Fueron once años de lucha. Por fin se consiguió la independencia. Nuestro país fue haciéndose fuerte. Y aunque después hubo luchas entre los mismos mexicanos, México se desarrolló y se transformó en un gran país. Ahora acoge o recibe a los extranjeros que quieren venir a trabajar honradamente como don Nicasio, como Wong, el chinito de la fruta, como doña Jasibe, la señora que hace pasteles de miel y nueces, de ésos que a ti te gustan tanto. Estoy segura de que si Hidalgo no hubiera luchado y muerto por vernos libres, nada de lo que ahora tenemos sería posible.

Armida de la Vara.