Cuando salí de la Licenciatura, era un joven de apenas 22 años, ya en ese entonces trabajaba en el Departamento de Relaciones Públicas, de la Universidad propiedad de Eduardo Ituarte (cuñado de Felipe Coello, el famoso autor del libro “Teoría del Empresario”), así mismo, era candidato a un puesto de importancia en las tardes, una vez terminada mi preparación básica profesional. Ya como flamante “Licenciado”, escribí un Memorando que dirigía al Director de Operaciones, de pronto me sorprendí ante una cátedra que recibí de un empleado de Intendencia que era el mensajero de dicho documento: “Te faltan acentos amigo, los acentos son como los bemoles del teclado, yo nunca fui a la escuela, pero aprendí a leer y escribir de manera autodidacta y como soy músico, entendí que los acentos son como esas teclas negras del piano, y así fue como aprendí la importancia de acentuar las palabras”, esto me dijo ese trabajador enfundado en overol, y con una gorra, que era quien me apoyaba en el trabajo rudo y que además mantenía mi espacio vital limpio, fue un balde de agua fría, sin embargo mi soberbia me volvió a apresar y eso tal vez por que me mimetizaba ante la Institución y su titularidad, que así actuaba.
Después recibí otra lección años mas tarde; al llegar al Aeropuerto de Viena, Austria; tenía que reportarme a mi hogar, así que me dirigí a un local que ofrecía servicios de comunicaciones, pedí al dependiente un hoja de papel y escribí un mensaje, se lo mostré al dependiente y este externo una sonrisa y me preguntó: “¿Eres mexicano?” mi respuesta fue que si, entonces el me respondió en español: “Escribe algo en alemán”, y yo muy obediente y con algo de arrogancia –El Mueller que vive dentro de mi- lo hice, aquel hombre tomó el papel y me dijo: “Quitadle el ‘Umlaut’ (los dos puntos –diéresis-)” lo hice y el hombre me dijo: “Ahora léelo”, me quede medio frío y el respondió como leyéndome el pensamiento: “¿Verdad que no es lo mismo?, lo mismo pasa con el español si ignoras los acentos. Luego pasaron muchas cosas, como cuando deje mi trabajo en esa Universidad Ultra conservadora y el golpe fuerte, me hizo darme cuenta de muchas cosas, a partir de ahí le otorgo una importancia capital a la Ortografía, sobre todo, estoy consciente de un comentario que hacía una Profesora nacida en Europa del Este y que adoptó a México como su Nación: “Ustedes los mexicanos hablan con faltas de ortografía”, algo muy cierto, pues del modo en el que hablamos no distinguimos los sonidos de los fonemas y tenemos la duda si es con “C” o con “S”, o decimos “Borgues” en vez de “Borges”, etc. Tal vez los mexicanos dentro del Mundo hispano parlante, somos los que tenemos peor ortografía, y tuve que llegar a la Maestría para darme todavía mas cuenta de la importancia de la misma; pues tenemos la obligación de dominar la parte escrita de nuestra lengua, por que la ortografía y la expresión oral son parte tanto de la Imagen Verbal como de la Imagen Profesional. Principalmente en este último aspecto.
Hay muchos jóvenes que creen que esto no merece importancia, y la verdad es que si; James Fortson (afamado escritor y conductor de TV, mexicano), me dijo: “Me he topado con jóvenes de la carrera de comunicación que no saben redactar, no saben escribir, no saben ortografía y eso es aterrador”, y a mi ha pasado encontrarlos en Carreras humanísticas y de las Ciencias Sociales.
Nuestra escritura es el reflejo de nuestra Imagen, y la falta de una buena escritura, nos puede cerrar puertas, así que menos títulos y mejor ortografía, pues por medio de nuestra expresión nuestros diversos públicos pueden tomar decisiones sobre nosotros.
Todo Profesionista de toda formación requiere saber manejar su lengua, pues recordemos que el ser humano es el único que se expresa de forma oral y escrita.
El cuidado de nuestra ortografía es el reflejo de nuestra formación profesional, lo mismo se puede decir de nuestra expresión oral, el dominio de un vocabulario amplio refleja nuestra esencia, sino recordemos dos grandes controversias al respecto en nuestro sexenio: El resbalón de Fox al decir José Luis Borgues y haber escrito “Ha” sin “H” en un libro de visitas a una escuela pública.
9/03/2006
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